Populismo emotivo + colaboración en red = ¡Hagan sus apuestas!
La sesión terminaba, el profesor Dader se distancia de la pantalla de proyección y toma uno de los rotuladores. En la pizarra escribe TECNO-CABILDEO. Con este neologismo define nada menos novedoso, pero nada más próspero que un modelo de campaña del siglo XIX “versionado” con las herramientas del XXI: las campañas del equipo de Obama, dice. Estamos ante el ‘poder de la lista’, aliado con las redes sociales y las nuevas tecnologías. El Datamining proporciona el conocimiento exhaustivo del electorado y permite la segmentación minuciosa del mismo, y ahí entra a operar un movimiento de base sustentado por colaboradores coyunturales, que gana voto a voto, que llama puerta a puerta, en exclusiva. ¿Quién dijo masa? Tan antiguo y tan moderno. El haz es la apariencia de dispersión y de actuación autónoma, el envés el seguimiento a lo sugerido, el “pastoreo”.
José Luis Dader abordaba en la sesión del pasado viernes el tema de la Ciberdemocracia desde el convencimiento de que “el eterno mito de una comunidad de ciudadanos en permanente diálogo global y directo dispone ya, cuando menos, de los instrumentos técnicos”.
Para evidenciarlo, una retrospectiva en el desarrollo técnico y tecnológico y el aprovechamiento político de éste, que desemboca en webs, blogs, redes sociales, rastreo informático de datos, … y que constata una “transformación sustancial de los modos comunicativos en la democracia”, a la vez que posibilita el acceso a nuevos y múltiples actores.
Ahora bien, como el ser humano algo tiene de paradójico, Dader enfatiza que, al tiempo que la utópica Ciberdemocracia se hace algo más tangible, se alimenta la pretensión de “continuar, por otros medios, el tradicional objetivo de la escenificación política para espectadores incautos”. Es decir, se atiende cada vez más a la explotación propagandística de las emociones, se persigue el escándalo y la anécdota banal de la política-espectáculo. Las historias de los personajes políticos centran la atención, produciéndose un análisis poco riguroso y un debate político con grave déficit de calidad respecto al conocimiento. Ahora bien, el ciberpopulismo no impera carente de ventajas, la cercanía, el mayor reclamo, la sencillez participativa y la invasión de los territorios fronterizos de las elites, son sus grandes bazas. Conclusión, campañas más superficiales, más banales y altamente complejas.
No obstante, una mirada al ciudadano nos revela que con la nueva cercanía experimentada, fruto de las tecnologías, la sensibilidad a la transparencia crece, y crece hasta el punto tal de hacer decir a José Luis Dader que el Open-Governament es ya algo ineludible. Revisamos modelos existentes, diferencias nacionales, paradojas posibles (como la que podría producirse en el caso español si al aprobarse la Ley de Transparencia no se reformulara la de Protección de Datos) o webs de acceso a información como Vote Smart, Follow the Money o PoliticFact.com, pero surgía un dilema. Que la información es poder, queda asumido, la cuestión abierta es ¿ha de prevalecer el beneficio público de conocerla o el interés privado de preservarla?
(España, que Dios te coja confesada…)
*José Luis Dader es catedrático del Área de Periodismo, especializado en Comunicación Política, Profesionalismo Periodístico y Periodismo de Precisión y de Datos, en el Departamento de Periodismo I de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid.
*Redactado por la alumna Inés Mora Sánchez
Entradas realcionadas: